Poblado de los artesanos de Deir el-Medina
Cuando los faraones de la XVIII dinastía eligieron el lado oeste del río Nilo en Tebas como lugar donde
construir sus moradas de eternidad, también decidieron que los artesanos y especialistas que iban a construir sus tumbas,
elegidos entre los mejores de Egipto, vivieran separados del resto de la población con objeto de mantener en los posible
el secreto del emplazamiento de las tumbas. Por eso eligieron dentro del macizo del lado oeste un lugar muy reservado,
con un único acceso sencillo en el que construir un poblado donde vivieran las personas encargadas de realizar los enterramientos.
Este lugar es Deir el-Medina.
La zona está dividida en dos recintos bien diferenciados, uno en el que se concentraban las viviendas de los
artesanos, muy sencillas en la mayor parte de los casos, y otro en el que se encuentran sus enterramientos construidos por ellos
mismos.
En el momento de la visita accedimos a las tumbas de Inerjau y Senedyem
Es evidente que son tumbas que no pueden competir desde un punto de vista arquitectónico con las tumbas
del Valle de los Reyes y del Valle de las Reinas, pero también es evidente que su riqueza decorativa, su perfección en
la ejecución y los temas tratados en ellas, muchos de ellos de la vida cotidiana de los artesanos, hace que las tumbas
de los habitantes de Deir el-Medina no tengan nada que envidiar a tumbas de personajes más poderosos.
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