En la actual isla de Agilika, cercana a los escasos promontorios que aún quedan por encima de las
aguas de la isla de Philae, se levanta un bellísimo templo consagrado a la diosa Isis. Este templo se convirtió
en un importante centro de peregrinación en el antiguo Egipto.
El templo fue construido por los faraones ptolemaicos, siendo muchos los faraones de esta última
dinastía y posteriormente varios emperadores romanos los que fueron ampliando con nuevas construcciones su recinto.
A la isla de Agilika se llega en barco y se accede al recinto del templo pasando por el pabellón de
Nectanebo I y llegando al dromos, un bello patio columnado construido por el emperador Adriano. Más alla del dromos
subiendo una pequeña rampa se encuentra el primer pilono en el que está representado el faraón ptolemaico masacrando
a los enemigos.
Una vez traspasado el primer pilono se llega al patio, con el segundo pilono y después la sala
hipóstila. El interior del templo de Isis es bellísimo, y en su rica y hermosa decoración se palpa la importancia
que tuvo este templo para la civilización egipcia.
Por el vestíbulo se accede al santuario en el que aún se conserva el altar en el que se depositaba
la barca sagrada de la diosa.
Entre los relieves que decoran sus paredes quiero destacar uno en el que el ptolomeo está siendo
amamantado por la diosa Hator, con el objetivo de dar a entender el carácter divino del faraón. Como se puede ver los rostros
de los dioses se encuentran muy deteriorados debido a la acción de los primeros cristianos.
El templo no ocupa su lugar original ya que tuvo que ser trasladado a su actual ubicación por la
construcción de la presa de Aswan.
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