Teatro romano, alcazaba y fortaleza de Gibralfaro.
Los orígenes de la ciudad se remontan a los fenicios que llamaron a la localidad
Malaka. Posteriormente llegaron los griegos, los cartagineses y los romanos a conquistarla. Durante un corto período
de tiempo fue ocupada por los bizantinos quienes la cedieron a los visigodos y éstos a su vez a los árabes.
Finalmente los cristianos la reconquistaron en el año 1.487.
De época romana quedan elocuentes restos de su teatro, aunque tanto su
emplazamiento, al lado de una calle estrecha y muy transitada, como su grado de conservación deslucen un tanto
su visita. Además se conservan algunos capiteles y columnas en la Alcazaba.
La visita a la Alcazaba, una de las mejores fortalezas que se conservan de época
árabe, proporciona un gran disfrute al visitante. Fue construida en el siglo IX sobre las ruinas de una fortaleza
romana, aprovechando alguno de sus elementos.
La fortaleza de Gibralfaro también tiene origen árabe ya que fue construida por
Abd al-Rahman III, su nombre deriva de Jabal-Faruk o "colina del faro". En el siglo XIV fue ampliada y unida a la
alcazaba.
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