Castro romanizado con restos de viviendas de la cultura castreña y romanas, cubetas y hornos de fundición,
pozos y aljibes.
El asentamiento ocupa un promontorio sobre el mar, donde existió un núcleo
fortificado cuyo primer momento de ocupación se remonta al siglo I a. de C., aunque el verdadero desarrollo
del asentamiento debió ocurrir en época romana. En el siglo II el enclave debió ser abandonado, ya que sus
pobladores se trasladaron al vecino cerro de Cimadevilla, núcleo originario de Gijón.
El lugar fue identificado en la Antigüedad con la Noega astur, cuyos habitantes
se dedicaban fundamentalmente a la actividad metalúrgica. En el siglo I algunos autores clásicos hablan de la
existencia, en la costa de los astures, de tres altares en honor a Augusto, denominadas Aras Sestianas. En el
siglo XVI apareció, en las proximidades de esta zona, una lápida con una inscripción del siglo I, en la que se
detalla la consagración de un monumento al emperador César Augusto. Posteriormente se descubrió la base de una
estructura de planta cuadrangular, que podría haber pertenecido a una de las Aras.
Las últimas excavaciones han revelado, junto a estructuras defensivas, la
existencia de varias secuencias de ocupación: cabañas circulares de etapa astur y cimientos de planta
cuadrada característicos de época romana. Cubetas y hornos de fundición, pozos y aljibes completan el yacimiento.
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