Ciudad ibera.
El lugar que ocupa el yacimiento muestra signos de ocupación humana que se
remontan al Paleolítico Superior.
En la Edad del Hierro la tribu Indika estableció un asentamiento permanente
que dio lugar a lo que ahora podemos ver.
La época de mayor auge del asentamiento corresponde al final del siglo V a.C. y comienzos del siglo IV a.C. con el establecimiento
de sólidas relaciones comerciales con el exterior, Emporión por ejemplo. Sin embargo, este buen momento se ve interrumpido por un gran incendio que afectó a la
mayor parte de la ciudad y que marca el comienzo del declive del asentamiento que se terminó abandonando a principios del siglo II a.C.
El yacimiento constituye un testimonio impresionante y excelentemente bien
conservado de una ciudad ibera de la que cabe destacar:
- Su recinto amurallado que está completo y en el que se pueden
apreciar técnicas de construcción ciclópeas.
- En el interior del recinto se conservan numerosos restos de casas, silos y
cisternas.
- En la parte más alta, la acrópolis, se encuentran los restos de un templo.
|